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jueves, 16 de agosto de 2012

La entrevista de la revista Hola a Calu Rivero


Todo comenzó el lunes 13 de febrero en una comida exclusiva en el Palacio Duhau durante la visita de Sean Penn (51) a Buenos Aires como Embajador Itinerante de Haití. Esa noche, Calu Rivero (25) fue una de las invitadas especiales. La actriz, una de las diosas del momento, y la estrella de Hollywood –ex de Madonna, que vivió un affaire con la modelo checa Petra Nemcová y un romance de cuatro meses con Scarlett Johansson–, empezaron a escribir una love story a miles de kilómetros de distancia. Los llamados por teléfono, los mensajes de texto y las escapadas en secreto comenzaron a formar parte de la rutina.
El 2 de agosto pasado, Sean Penn visitó nuevamente estas latitudes, con el único objetivo de ver a su enamorada. Y volvió a hospedarse en el mismo lujoso hotel de Recoleta. La noche del 3 de agosto, compartió una de las mesas del restaurante Tô, en Palermo, con Calu, amigos y gente de la industria del cine. Las imágenes de televisión de ellos saliendo del mismo restaurante despejaron las dudas y, aunque los protagonistas eligieron el silencio, hubo gente de sus entornos que aseguró que se están conociendo y se llevan muy bien. "Calu está feliz y muy entusiasmada, tratando de entender cómo vivir todo esto que le está pasando", contó a ¡Hola! Argentina una íntima de la actriz. "Sean está fascinado", agregó alguien del círculo cercano del actor.
Recostada sobre un amplio y cómodo sillón, con su pequeña perra Liona en brazos, Calu elige dos curiosas maneras de hablar (o de no hablar, mejor dicho) sobre su relación con Sean: "¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!" o un largo silencio que solo se corta frente a otra pregunta. Tampoco dirá ni una palabra del viaje que tiene planeado hacer esta semana a Estados Unidos para reencontrarse con el dos veces ganador del premio Oscar. De todo lo demás, hablará sin problemas.
–¿En qué te parecés a Natasha, tu personaje de Dulce amor ?
–Ella es muy decidida. Yo también me mando y busco aquello que quiero. En mi casa, nunca me dijeron lo que tenía que hacer, ni qué estudiar. Fui criada con mucha libertad y confianza, y eso hizo que fuera siempre muy responsable con esa libertad. Soy una mujer muy segura en cada paso que doy.
–Carla significa "la que es fuerte". ¿Te sentís identificada con tu verdadero nombre?
–No sabía que significaba eso, es que lo tengo tan negado… Sí, soy fuerte. Creo que una de mis mayores virtudes (y también mis defectos) es considerarme muy fuerte, y me cuesta mucho pedir ayuda. Aunque amo que me cuiden, tengo que estar muriéndome para pedirle a alguien que me tienda una mano.
–¿Por qué te llaman Calu, en vez de Carla?
–Por nada en particular. "Calu" era un personaje de una novela chilena que veíamos con mi hermana. Ella empezó a llamarme "Calu" y después siguió toda la familia. Cada vez que me decían "Carla" era para retarme o porque pasaba algo malo, entonces el "Calu" se fue haciendo más amigable y se convirtió en una marca registrada.

–Si pudieras elegir el título de una canción que defina este momento de tu vida, ¿cuál sería?
–"Wanna Be Starting Something" ("Desearía empezar algo"), de Michael Jackson. Me encanta estar en movimiento constante. Me entrego al presente y pienso que algo tiene que empezar, tiene que empezar y finalmente empieza.
–Tu explosión laboral y mediática coincidió con la separación de tu último novio, Emmanuel Horvilleur hace siete meses.
–Yo me separé porque esa situación no me alegraba y ya no me sentía contenida. Había algo que estaba desequilibrado. No daba para más, ni había lugar para darle una vuelta de tuerca. No me gusta mantener algo cuando ya lo intenté y no se modificó nada. Prefiero estar sola. La soledad me encanta y me llevo muy bien conmigo. Jamás estaría con alguien por el solo hecho de no estar sola. Mi segundo nombre es Soledad, debe ser por eso, ¿no? [Se ríe.] Después de separarme, elegí meterme en una cápsula para conectarme conmigo, necesitaba estar en silencio.
–Desde que te separaste, surgieron varios rumores de noviazgo.
–Cuando dijeron que estaba saliendo con Alberto [Ammann], compañero en mi última película, dije: "Uf, basta, qué insistencia con el tema". ¡La cantidad de felicitaciones que recibí por un amor que nunca fue! Tuve que salir a explicarles a mi familia y a mis amigas que no era cierto. Y la verdad es que eso no estuvo bueno. En este momento, decido estar sola.
–¿Pero estás sola? ¿Y Sean Penn?
–Me causa mucha gracia que todos opinen y hablen de eso.
–¿Lo estás negando?
–…
–Dicen que su último viaje a Buenos Aires fue solo para verte a vos.
–¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
–¿Estás enamorada?
–No me cierro a nada.

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