La revista Caras la sorprendió alrededor de las 9 de la mañana llegando a su casa del barrio de Palermo, cerca de la embajada de los EE.UU., muy bien acompañada por un joven con barba y anteojos estilo aviador al que los vecinos reconocen desde hace dos meses. Allí, recogió a Romeo, su mimado cachorro de perro Maltés, y lo llevó en su camioneta hasta el Rosedal, para dejarlo a cargo de su paseador. De allí la pareja se detuvo a cargar nafta, donde cambiaron de conductor, ya que él manejó hasta el restaurante palermitano donde desayunaron.
“Me gustan los hombres inteligentes. Y que sean leales, ni siquiera te diría fieles”, había dicho este domingo a la revista Luz, donde también afirmó que ahora los hombres “me miran mucho más, pero creo que va más allá de lo físico, lo relaciono más bien con la luz que una emana por estar en paz“.
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